TRABAJOS CIENTIFICOS
Plantas medicinales, aromáticas y tintóreas.

El rescate de las cosas que se han hecho bien.

   
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Anales de SAIPA - Sociedad Argentina para la Investigación de Productos Aromáticos
TRABAJOS PRESENTADOS EN LAS JORNADAS NACIIONALES DE ACTUALIZACIÓN SOBRE RECURSOS NATURALES AROMÁTICOS Y MEDICINALES
Volumen IX - 1984 - pág 14 a 21.

EL CULTIVO DE LA MOSTAZA BLANCA EN NECOCHEA.
Carlos A. VEIGA *

* Bioquímico Farmacéutico. Productor de Necochea, Buenos Aires.


SUMMARY

In this paper is stated the author's experience in a period over 10 years of white mustard cultivation.

The main problems are the rainfall pattern during the vegetation cycle and weeds as wild turnip (Brassica campestris) and wild radish (Raphanus raphanistrum). There are also some difficulties with the harvest and seed-cleaning procedures.

With respect to rentability, good economic results are closely associated with yields above 400 kg/hectarea.


  1. INTRODUCCIÓN

    El cultivo de la mostaza blanca fue realizado en campos de la zona de La Dulce y Pie es, trabajando siempre bajo contrato con la firma Fanacoa SAIC, entre los años 1968 y 1983 con un total de 12 cosechas.

    Los comienzos fueron difíciles, puesto que existía muy poca información técnica. Con el correr de los años, fuimos desarrollando un método de siembra y cosecha que nos permitió entre los años 1975 y 1980 obtener buenos resultados económicos y semillas de muy buena calidad. Posteriormente, el aumento de los costos internos y la competencia de la importación hizo imposible continuar trabajando, hasta que después de la guerra de Malvinas se reinició la producción por un corto lapso de 2 años, con resultados económicos magros, para abandonar el trabajo el año pasado puesto que el valor de la semilla producida hace poco rentable el negocio.

    No obstante, y a pesar de todos los errores que pueden haberse co metido, creemos haber recogido una importante experiencia en el tema, la que ponemos a disposición de quienes se interesen por avanzar en nuestros estudios.

  2. TIPO DE POTREROS A UTILIZAR Y TRABAJOS DE PREPARACIÓN

    Los requisitos para la elección del potrero a utilizar para el cultivo son exigentes; debe utilizarse un buen campo, libre de zonas bajas, con una vida previa que asegure un buen tratamiento en la rotación de cultivos y que no esté muy contaminado de nabo y nabón, por los motivos que luego se explicarán. El rastrojo que aparenta como de elección para el cultivo es el de papa, pero nuestra experiencia es escasa puesto que los costos de arrendamiento de esos potreros son elevados. Son muy aptos los rastrojos de trigo y de girasol y no recomendables los de lino y los campos brutos muy endurecidos, a no ser que se realice .un trabajo muy grande de roturación. Los trabajos de preparación de la tierra deberán comenzarse en forma temprana, inmediatamente luego de cosechar, y son recomendables los barbechos habituales en esta zona. Las recomendaciones para el trabajo de la tierra son las habituales, pero debe insistirse en un punto importante, la tierra de be quedar lo más pareja posible para evitar distintas profundidades en la siembra y ésto se logra pasando dos rastras de dientes cruzadas inmediatamente antes de sembrar.
  3. FERTILIZANTES

    En sucesivas experiencias se probaron en lotes testigos distintos tipos de fertilizantes, como fosfato diamónico, fosfato amónico potásico, urea, camarina, etc. De acuerdo a lo que acontece con el trigo en esta zona, cuyos campos tienen un déficit de fósforo y no requieren suplementación de potasio, el fertilizante de elección es el fosfato diamónico (18-46-0) , aplicado en surcos con el uso de la sembradora con cajón abonador y a razón de alrededor de 100 kg/ha, Por encima de esta concentración, el aumento de producción no compensa el valor del fertilizante y su aplicación no es rentable. Es de remarcar que el estudio de fertilizantes deberá ser llevado a cabo en cada zona en que se realice el cultivo. A pesar de la fertilización, es importante la diferencia en el desarrollo de las plantas y en el rinde por hectárea en las zonas del potrero que han sido lugar de preferencia por los animales, como alambrados , lugares con sombra y aguadas, lo que indica el elevado valor del fertilizante en el rendimiento.
  4. SIEMBRA

    1. Densidad de siembra:

      Se utilizaron en todas las siembras semillas de procedencia Europea, las que normalmente poseen una calidad muy buena, las impurezas presentes no superan el 1 %, y un alto poder germinativo, normalmente superior al 95 %. La densidad de siembra ha sido estudiada variando entre los 10 y los 12 kg por ha, lo que constituye en promedio una implantación de un millón y medio de plantas por ha. El método elegido de siembra en surco de 30 cm hace que la densidad de elección sea la de 10 a 10,5 kg/hectárea.

    2. Método de siembra:

      El método más recomendable para un buen desarrollo del cultivo es el de siembra al voleo, que se realizó desconectando los tubos de la sembradora y dejando caer las semillas libremente. No obstante, este método tiene el inconveniente de una mala distribución del fertilizante y que no puede controlarse el potrero cuando las plantas toman gran envergadura.

      La siembra en surco de 15 cm tiene inconvenientes parecidos por lo que se optó, en definitiva, por el método de siembra en surco de 30 cm con fertilización simultánea de 18-46-0, en las concentraciones ya indicadas.

      La profundidad de siembra debe ser mínima, tapando las semillas con una rastra de dientes y rodillo colocados detrás de la sembradora.

      La época de siembra fue estudiada variando desde fines de julio a principios de setiembre. A través de los años no se encontró ninguna diferencia que recomendara la siembra temprana en invierno, por lo que finalmente se optó por la siembra a fines de agosto o primeros días de setiembre, lo que da en definitiva un ciclo de vida de la planta de alrededor de 115 días.

  5. DESARROLLO Y CUIDADO

    La siembra realizada en las fechas indicadas hace que el cultivo nazca para alrededor del 10 de setiembre y que las plantas lleguen a una altura de 20 cm-un mes después, es decir para el 10 de octubre.

    Este período de 30 días debe ser dedicado al control de las hormigas, las que producen un daño irreversible en el cultivo. El método de control de preferencia por su costo menor que los tratamientos extensivos, es el de ataque en los hormigueros de los sectores de la periferia del potrero y la recorrida diaria del área sembrada. Deben controlarse también los peludos, en esta zona muy abundantes.

    A partir de mediados de octubre las plantas comienzan su mayor desarrollo en coincidencia con la floración, la que se produce durante todo el mes de noviembre. Así, las plantas crecen de 30 era a 160 cm. en promedio, en el término de un mes.

    Es recomendable en esta época la colocación de colmenas en zonas linderas al potrero sembrado.

    Terminada la floración y hasta el corte, es decir durante los últimos 20 días de diciembre, debe controlarse el ataque de isocas.

    En áreas pequeñas de siembra, puede aprovecharse el período de la floración para eliminar las plantas de nabo y nabón que puedan desarrollarse, las que son fácilmente identificables por el distinto color de las flores. Este trabajo redundará en una mejor calidad de semilla ya que se reducirá el número de semillas extrañas al llevarse a cabo la limpieza final.

  6. HILERADO Y COSECHA

    Coincidiendo con la semana de Navidad, se apreciará que las plantas pierden por completo sus hojas, que los tallos se secan y que las vainas comienzan a amarillear. En ese momento, debe controlarse a diario el cultivo para decidir el momento del corte, decisión que se tomará cuando el promedio de las semillas comiencen a tomar su color amarillo característico. Si se demora el corte más de lo necesario las vainas se hacen dehiscentes y se pierde mucha producción. El corte se realiza con hileradoras de arrastre o autoportantes, siendo de elección las cortadoras de descarga lateral, puesto que la hilera es muy alta y esponjosa y dificulta el trabajo de las maquinas con descarga central.

    La hilera disminuye su altura rápidamente y en 2 o 3 días se oculta dentro del rastrojo lo que la preserva de los vientos y hace posible un buen secado sin apresuramientos en la cosecha. Luego de una semana de días de buen sol y alta temperatura, la humedad de las semillas baja del 10 % y la hilera puede ser cosechada sin problemas. No debe permitirse un secado excesivo puesto que los tallos se vuelven muy duros y dificultan la trilla.

    Se recomienda cosechar con los vientos cerrados para evitar pérdidas de semillas. La semilla cosechada, siempre que la humedad sea realmente inferior al 10 %, puede ser ensilada para su posterior limpieza. Humedades superiores al 11 % producen serias fermentaciones en el silo.


    c-biblio009-01-a (59K)

    La figura 1 muestra la curva de crecimiento de las plantas de mayor envergadura,
    cultivadas en la zona de Necochea, y marca las distintas tareas a realizar durante
    el crecimiento y la cosecha.


    La determinación de la humedad de las semillas se realiza sobre muestras estadísticas tomadas en el potrero o en la cosecha, sometiendo muestras de aproximadamente 5 gramos, colocadas en cajitas de latón de amplia superficie, a la acción de los rayos de una lámpara de infrarrojos de tipo medicinal, durante 15 minutos. La diferencia de peso luego de evaporación hasta peso constante permite el cálculo de la humedad con una exactitud comparable a los métodos de laboratorio.

  7. LIMPIEZA Y EMBOLSADO

    No es recomendable tratar de obtener una semilla muy limpia en la cosechadora puesto que la pérdida de granos va a ser muy grande. Terminada la cosecha y equilibrada en el silo la humedad de las semillas (luego de una semana de trillada esta humedad se estabiliza en el 9 % lo que le confiere una gran estabilidad), se procede a su limpieza con una limpiadora de zarandas vibratorias y vientos, embolsando el producido, preferentemente en bolsas de arpillera.

    La granza se elimina fácilmente con el viento ya que es muy liviana y la enredadera también se elimina en un gran porcentaje. El nabo chico se elimina por las zarandas y queda una parte muy pequeña. El nabo grande o nabón es imposible de separar por este método, ya que su semilla es de tamaño y densidad similar a la mostaza y se convierte en el principal contaminante de la producción. De allí, la importancia del control de esta planta en el curso de los trabajos.

    Las impurezas totales pueden considerarse normales si se encuentran comprendidas entre el 2 y el 3,5 % en peso. Para lograr muestras con más del 99 % de pureza es necesario recurrir a métodos sofisticados de limpieza que no son rentables.

  8. RENDIMIENTOS Y LLUVIAS

    Con el desarrollo de las técnicas enumeradas hemos estabilizado la producción, en los últimos años, con un rinde promedio por hectárea de alrededor de 400 kg. Considerando un precio internacional de aproximadamente 1 dólar el kg, es posible determinar que para este rinde promedio, la rentabilidad del cultivo no es grande en la actualidad.

    Hay una marcada dependencia del rinde por hectárea con respecto a la lluvia caída en el cuatrimestre del desarrollo del mismo y ésto queda probado con los datos que se incluyen en la figura 2.


    c-biblio009-01-b (36K)

    La figura 2 muestra la correlación existente entre los rindes por hectárea
    y la lluvia caída en el cuatrimestre de desarrollo del cultivo y determina la recta promedio
    que incluye todos los valores de 10 experiencias con una precisión de 40 kilogramos.


    En años con primaveras de escasa lluvia los rendimientos bajan a valores cercanos a los 250 kg/ha, lo que significa apenas cubrir los costos de producción, y con lluvias abundantes y bien distribuidas el rendimiento se acerca a los 600 kg/ha, lo que constituye un muy buen negocio. No obstante, hay que remarcar que rindes tan altos van siempre asociados a cultivos con plantas de gran envergadura lo que dificulta mucho las tareas de corte y trilla.

    Deberían estudiarse variaciones genéticas que permitan obtener plantas más pequeñas, fácilmente controlables y sometidas a menos riesgos climáticos, con rendimientos superiores a los 500 kg/ha.

    No dudamos que de aplicarse un sistema de riego que asegure la distribución del agua en los períodos adecuados, fundamentalmente después de la siembra y durante la floración, se podría llegar a rindes muy rentables. Nunca hemos dispuesto de los recursos económicos para hacer las pruebas correspondientes ya que los, costos del riego son muy elevados.

  9. CONCLUSIONES

    Es necesario realizar mayores investigaciones sobre el tema para mejorar las técnicas de cultivo de la mostaza blanca. El consumo muy limitado en nuestro país que produce la dependencia del productor a dos empresas que comercializan los productos derivados de la producción y la falta de condiciones que permitan un trabajo intensivo de los potreros para asegurar mayores rendimientos, hacen dificultosa la tarea para el productor privado.

    Sería deseable que las instituciones oficiales dediquen a esta investigación sus esfuerzos para desarrollar este cultivo no tradicional con miras a la exportación de las semillas o de harinas para obtener mayor valor agregado.



   
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