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Plantas medicinales, aromáticas y tintóreas.

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Boletín SAIPA - Sociedad Argentina para la Investigación de Productos Aromáticos
Volumen IV - N° 12 - Set-Dic 1965 - pág 24 a 26.

Relata el Sr. Eduardo F. Aparicio:

"Y ESTUVIERON CON NOSOTROS ...

S A.I.P.A. ha tenido la satisfacción de recibir a los colegas de A.P.P.A., para realizar, la Segunda Reunión conjunta. Ha de destacarse que en esta oportunidad, acompañó a los técnicos brasileros, un especialista italiano, no solo en aromáticas, sino también en simpatía, el Prof. Tomasso Sacco, de Turín.

Con ellos convivimos durante once días las alegrías y satisfacciones, qut? su estadía nos brindó.

Dentro de los recursos obtenidos para esta oportunidad, se pudo brindar a las visitas, tal como había sido programado para dar a esta Segunda Reunión, la importancia que nos merecía. Pero la alegría, cordialidad y simpatía, rebalsó los límites impuestos por lo circunspecto de los actos, tanto académicos como de visitas.

Desde el primer momento a su arribo, los integrantes de la delegación de A.P.P.A., la cual era integrada por alevinos viejos amigos, se "aglutinó" con los amigos de S.A.I.P.A., que acudieron a darles la bienvenida. Eso si: honda pena nos causó la no integración de tan simpática delegación, de nuestros buenos amigos, los Drs. Aita Gai y Rodés, a quienes por circunstancias especiales, no les fue posible participar de la cordial embajada.

Las primeras visitas, para conocer los encantos de nuestra ciudad llenaron de agrado a los amigos y de orgullo a los que les acompañábamos. Ya luego, iniciado el programa, las efectuadas a I.N.T.I. y posterior a I.N.T.A. fueron los efectivos peldaños de esa escalinata, para llegar a la cima y coronar una conjunta satisfacción.

Entrando en profundidad con lo programado, se efectuó el traslado de las delegaciones a Mendoza, viaje en el cual sa puso de manifiesto el efecto, que habitualrnente ocasiona al turista, la magnitud de grandeza que trasunta la campiña argentina, designada "pampa"' al decir de las visitas. Ahondó esa satisfacción, la especial circunstancia, que factores climáticos favorables, dieran amplio margen a lo que la Natura ofrecía. Trigales terminados dieron, con su extensión, color y plena sazón, lo trascendente que mundialmente es para nosotros, el sustento bíblico: el pan nuestro de cada día. Acentuó lo incrédulo de lo que las visitas presenciaban, las grandes extensiones de planicie cultivadas con maíces y sorgos, que en pleno fulgor vegetativo, mantenían el asombro en los ojos que veían en su plena magnitud, la potencialidad económica de la primer industria argentina: el campo.

A esta visión de conocimientos debemos agregar los manchones de hacienda que en campos de pastoreo, dieron la impresión exacta de lo que fue gran expresión bucólica: el asado; que en cuanta oportunidad fue ofrecido el tradicional plato argentino, siempre halló eco favorable su degustación Y cuando se lo reemplazó para no repetir su inclusión, fue extrañado.

Un solo concepto primó en la impresión de las visitas: solo viéndolo, era posible creer todo lo que se gozaba en el viaje.

La vista que ampliamente ofreció la estribación de la cordillera de los Andes, con algunos de sus picos aún nevados, a pesar de lo avanzado de la época, colmó el halago con que se brindó a los amigos de A.P.P.A.. tal marco de belleza coronó el éxito amplio de la Reunión programada. Mendoza, tierra del buen vino y del buen sol; ayudó con su espíritu etílico y su luminosidad, a hacer más grata, si ello fuera posible, la estadía.

E inexorable, llegó con la Sesión de Clausura, el regreso, para poner final a la visita de nuestros cordiales amigos A.P.P.A. Pero faltaba el broche de oro, a tantos actos de solidaridad técnica y profesional. Y en la cena que se ofreció como despedida, en el característico barrio de la Boca, se colmó lo previsible. No en sí, el hecho de la cena, que siempre mueve a actos agradables y simpáticos, si no a los actos posteriores de la bucólica sesión. Así vimos asomo de lágrimas en ojos de nuestros amigos invitados, al entonarse en conjunto, tradicionales cantos de Brasil e Italia, que dieron más encanto al recuerdo de la patria circunstancialmeníe alejada.

Y ES ahondo al manifiesto de la emoción que embargaba a los concurrente;:, la entrega de un recordatorio al Prof. Sacco, hecho imprevistamente sobre la misma mesa compartida, por nuestro consocio el Ing. Mar-zocca, en un particular alarde de artista, rubricado con la firma de los presentes. Todo contribuyó para resaltar, dentro de un marco de sencillez y afecto, la simpatía tan tradicional que puso de manifiesto, la presencia de un grupo tan dilecto de amigos.

Pero no hsy peor tirano que el tiempo, y debimos concurrir a despedir 3 las visitas, que retornaban a su patria. Y lo hicimos con pena. Con esa pena que deja siempre el alejamiento del buen amigo que convivió con nosotros los días de su estadía. Y en el momento de las despedidas, se estrujaron los corazones y empañaron las lágrimas nuestros ojos, por la alegría de ver satisfechos, a los amigos que partían, por las modestas atenciones que recibieron en su estadía, pero hechas a punta de corazón con la ilusión lograda, de cumplimentar con similitud a las recibidas en nuestra estadía, en la visita hecha a la hermana Brasil, en donde nos encontramos como si fuéramos un grupo más de sus hijos. Si esa ambición fue lograda, lo dirá el tiempo, cuando al efectuarse el balance de afectos, sepamos, lo real de nuestra gestión. Al despedir durante el carreteo al avión que llevaba tan cara y simpática delegación, como último recurso, nuestros brazos en alto configuraron todo lo que dejó de efectivo su visita, algo que será imposible borrar de nuestros corazones y un ¡¡¡hasta pronto!!! selló su alejamiento.

Pero por razones de programación, quedó en nuestra compañía, el Prof. Sacco. Convenía a su especialización, conocer algo sobre la alimentación vacuna. De esa alimentación que ha hecho que la carne argentina sea degustada y codiciada por el mundo entero y se traduzca en nuestro tradicional asado, que él, ávido de curiosidad, vio hacer y degustó en innúmera oportunidades y varios lugares y siempre contó con su encomiable opinión. Y así, si su estadía nos fue grata en grado superlativo y eficiente en el ámbito profesional, logró su grado consagratorio en lo que a simpatía personal, debe referirse.

Asi le vimos siempre dispuesto a referirse con su afectiva simpleza a lo grato que fue para él, esta, su visita. Siempre encontró palabras de elogio por lo hecho y visto. Así lo vemos en los estrados de las Facultades que honró con su accesible dialéctica.

Así lo vimos aconsejando a nuestros técnicos y productores, con su consejo desinteresado, buscando colaborar en el logro de nuestras aspiraciones agrícolas aromatizantes. Así lo vimos riendo con cordialidad y simpleza, ahondada con su simpatía. Así lo vimos cuando por circunstancias especiales, debió referirse con énfasis de creador consumado, a su creación, esa diabólica criatura que trastorna su mente y tiende a trastornar a los especialistas en aromas, su innefable: Mentha lavanduliodora. Así lo vimos, en la visita que él quiso hacer a la basílica de N. S. de Luján, reclinado en el camarín de la Virgen y elevando con contricción cristiana sus preces ante nuestra virgen gaucha. Quizá con el ruego de recuerdo en la patria y familia, que le esperaban en su Italia y en su incomparable Torino, su patria chica.

Y así lo vimos el día de su partida; embargado por la emoción de dejar a ese grupo de amigos argentinos que le acompañó y trató de hacer grata su estadía y que a pesar de la distancia que circunstancialmente nos separe, le recordarán con afecto; haciendo fervientes votos, para que a corto plazo y en la compañía de los colegas de A.P.P.A., podamos estar nuevamente reunidos, con tan gratos amigos.

Porque amigos así, honran a S.A.I.P.A. y a cuantos hemos tenido la satisfacción de alternar con ellos.

...y así estuvieron con nosotros."



   
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