Las condiciones y trayectoria de los elementos que concluyeron con la formación de "S.A.I.P.A.", un feliz y promisorio acontecimiento, reflejan aspiraciones e ideas expuestas y coincidentes, de esclarecidos estudiosos y pioneros de la agricultura y la industria extractiva.

Pero lo que sin duda tiene gran importancia, es la clarividencia del porvenir que aguarda a nuestra producción aromática.

Podriamos hacer una historia desde los duros comienzos, con las primeras introducciones de especies vegetales típicas al cultivo comercial hasta llegara la industria actual de extracción de sus principios activos. Si en un principio aquellas fueron en apariencia al fracaso, la existencia hoy dfa de mayor número de esos cultivos y de una gran producción industrial, que en conjunto suman millones de pesos anuales, indican que su desarrollo, entonces lento y casi encubierto por el de las explotaciones agrícolas clásicas, no pudo ser obra de un año para otro.

Lógicamente la magnitud de las explotaciones debió evolucionar y con alborozo podemos decir que aquello que asomaba entonces como utopía sirvió para estimular ensayos más am biciosos que hoy dan sus frutos.

Creo que es harto conocida nuestra producción de cítricos, mentas, hinojo, lemon grass, anís, comino, eucaliptos, romero, lavanda, orégano y otras en menor escala, cuya calidad se ha perfeccionado o va en camino de serlo. Sabido es que en algunas ocasiones nos hemos constituido en exportadores.

Vista general de una destileria para obtener aceites esenciales - Tunuyán (Mendoza) - 1945.

Mas lo que, sin duda, abre un campo de insospechadas proyecciones, es la acción mancomunada de la labor oficial y privada tendiente a lograr mayor número de productos naturales y sintéticos, que ávidamente procuran las industrias y algunos mercados, antes indiferentes a nuestras posibilidades.

El progreso industrial correrá paralelo a las explotaciones agrícolas, porque éstas no serán organizadas como meros campos de producción, sino como verdaderos entes comerciales de real sentido económico.

Tendremos así para el abastecimiento interno y aún para satisfacer determinadas calidades que requieren los mercados exteriores, merced a las condiciones especiales y extraordinarias de las zonas ecológicas de nuestro territorio. Los hechos lo están demostrando, pero debemos vencer el escepticismo, concurriendo con el estímulo práctico y de difusión de los conocimientos de las técnicas culturales perfeccionadas y de la confianza y aceptación de los productos por parte de los consumidores.

A este fin deben concurrir la estrecha relación y comprensión de todos los sectores, porque en ello va implícito el beneficio empresario y el de la nación misma. El Estado así lo ha entendido y en "S.A.I.P."A." exitosamente concurren los mismos ideales.

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