Echinacea spp. - Flia.: Compuestas
N.p.: Echinacea.
Volvamos a nuestras raíces, hoy tenemos una nueva oportunidad de crecer y desarrollarnos y, también la obligación de hacerlo.
   
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ECHINACEA

Ingeniera Agrónoma SUSANA REYNA


Originarias de América del Norte, las especies pertenecientes a este género fueron ampliamente utilizadas durante cientos de años en los Estados Unidos de Norteamérica en la medicina popular. Pertenecientes a la familia botánica de las Compuestas, la especie más difundida en la antigüedad se denominó en un principio Brauneria angustifolia. Más tarde este nombre fue reemplazado por el de Echinacea angustifolia (del griego echinos, que significa erizo de mar por la similitud de sus capítulos florales). Echinacea angustifolia y Echinacea purpurea son las especies más estudiadas de este género, encontrándose más de 300 trabajos de científicos alemanes en farmacognosia y aplicaciones técnicas.


Descripción botánica

El género Echinacea comprende plantas herbáceas, perennes de hojas basales arrosetadas y hojas caulinares sésiles y alternas. Las inflorescencias están dispuestas en capítulos florales solitarios, terminales con flores terminales liguladas, neutras y flores centrales tubulosas hermafroditas. Los frutos son aquenios tetrágonos con papus caedizos. Este género comprende unas nueve especies, de las cuales tres de ellas tienen marcada importancia por sus propiedades medicinales. Se las conoce con el nombre Echinacea angustifolia; Echinacea pallida y Echinacea purpurea.

La primera, Echinacea angustifolia, se diferencia por tener una altura de 15 a 60 cm, con hojas lanceoladas de 7 a 20 cm de longitud. Sus capítulos florales aparecen desde el mes de junio hasta mediados de agosto en el Hemisferio Norte, presentando flores marginales liguladas de 3 a 5 cm de largo con tonalidades que van desde el púrpura hasta el blanco. Esta especie crece en forma silvestre en lugares soleados y abiertos en el Oeste de Oklahoma, Kansas, Nebraska e lowa, hacia el extremo este de Colorado y en Montana.

La segunda especie, Echinacea pallida, tiene mayor altura que la anterior, desde 1,0 a 1,20 m. Sus inflorescencias aparecen entre junio y julio, presentando flores marginales liguladas de 12 cm de largo, con tonalidades más claras Se la puede encontrar en los claros de bosques, en afloramientos rocosos y bordeando caminos al Noroeste de Texas, Este de Oklahoma, Norte de Kansas hasta lowa y Este de Indiana. También fue encontrada en Pensilvania, Este de Massachusetts, Norte de Carolina y Georgia.

Echinacea purpurea

Echinacea purpurea se caracteriza por tener una altura variable de entre 0,8 y 1,0 m. Sus hojas son glabras, largamente pecioladas y dentadas; los capítulos florales son solitarios con flores de color púrpura a rojo intenso, de hasta 7 cm de longitud. Esta es la especie más difundida, encontrándose desde Maryland hasta Georgia, Oeste de Lousiana, extremo Norte de Texas, Este de Oklahoma, Norte de Ohio y Michigan. En su estado silvestre no es tan abundante como las especies anteriores, apareciendo ejemplares aislados en suelos húmedos y lugares abiertos.

Las otras especies menos divulgadas, como Echinacea tennessensis, Echinacea laevigata, y Echinacea simulata, hoy forman parte de una amplia lista de especies americanas en peligro extinción.

Breve historia

Desde hace muchos años Echinacea purpurea es bien reconocida por sus poderes curativos, utilizada por los antiguos habitantes de América del Norte para tratamientos de mordeduras de serpientes e innumerables dolencias.

En 1880, H.C.F. Meyer, un renombrado médico alemán, se estableció en la ciudad de Pawnee, Nebraska. Pronto entabló amistad con los nativos del lugar, lo cual le permitió conocer las distintas hierbas que utilizaban para sanar sus dolencias. En sus trabajos relata que fabricaban un remedio contra las mordeduras de serpientes, el cual contenía raíces de una especie en particular. Como desconocía su nombre, envió un ejemplar a los hermanos Lloyd, farmacéuticos establecidos en Cincinati, para que la identificaran.

John Lloyd (1849-1935), farmacéutico y fabricante, era un pionero en el uso de las plantas medicinales y su hermano Curtis Gates Lloyd (1859-1926), botánico y comerciante, identificó la misteriosa planta que Meyer había enviado como Echinacea angustifolia.

Más tarde, Meyer, convencido de las propiedades curativas de esta planta, le ofreció a los hermanos Lloyd ir a Cincinati y hacerse morder él mismo por una víbora cascabel para demostrar los poderes curativos de la Echinacea con el fin de iniciar la comercialización de esta hierba, pero ellos no aceptaron.

A pesar de la repercusión de la misma por sus propiedades medicinales entre los habitantes del lugar, Lloyd le escribió a John King, un médico ecléctico, solicitándole que investigara la droga adelantada por Meyer. En 1887, King comprobó la eficacia de dicha especie con sus propios pacientes y publicó un artículo en la Eclectic Medicinal Journal destacando su valor potencial.

De esta manera, Lloyd aceptó preparar medicamentos a base de Echinacea. Lloyds Brothers, se convirtió así en la primera compañía fabricante de preparados de uso farmacológico con echinacea. Estos productos fueron en un principio vendidos sólo a médicos y no al público en general, pero debido a la creciente demanda, en 1890 se vio obligado a exportar a Europa, ya que sus preparados eran muy requeridos por médicos del viejo mundo.

Hasta 1930 los productos de Echinacea eran preparados con Echinacea angustifolia y con Echinacea pallida. Esta última, se utilizaba como adulterante de la anterior, debido a la falta de suministro de aquella, pero ambas eran rotuladas como "Echinacea angustifolia".

Mientras tanto, Gerhard Madaus, un fabricante alemán, viajó a Estados Unidos en busca de semillas, pero las semillas etiquetadas como Echinacea angustifolia y vendidas en Chicago, eran en realidad de Echinacea purpurea. Madaus creyó que tal vez podría existir un parecido entre ambas especies en lo relativo a sus usos medicinales y decidió, una vez multiplicada la especie, producir medicamentos en base a esta hierba. Como resultado de ello, las investigaciones iniciadas en Europa durante las décadas pasadas, se realizaron con Echinacea purpurea y no con E. angustifolia, la especie más usada por los nativos de América. Luego, se llegó a la conclusión de que ambas poseían virtudes semejantes.

Parte utilizada

La droga está constituida por la raíz recolectada en otoño. En el comercio se la encuentra en trozos cilíndricos, de longitud y espesor variables, exteriormente pardo-grises hasta pardo-rojos, estriados a lo largo, algo retorcidos en espiral, irregularmente ramificados. La superficie de la fractura presenta fibras cortas.

Es inodora, de sabor débilmente aromático, al principio dulce y después acre, amargo. Posee resinas, azúcares, sales minerales, ácidos grasos e insulina. Todos sus componentes actúan en combinación otorgándole propiedades medicinales.

Falsificaciones

Parthenium integrifolium, que se introdujo en el comercio de drogas desde San Luis, EEUU. Tiene unas fibras leñosas muy largas (200-300 micrones) y un diámetro de 12-13 micrones.

Propagación

Se reproduce en forma asexual a fines de invierno por división de matas, o por vía sexual sembrando sus semillas, las cuales necesitan antes de su implantación un período de estratificado de dos o tres meses.

Deben elegirse para ello terrenos con suelos sueltos, bien drenados y con buena luminosidad, ya que lugares sombríos son contraproducentes para el desarrollo normal de esta especie.

Cultivo

No existen antecedentes de importantes cultivos de estas especies en nuestro país, sólo se encuentran ejemplares aislados con fines ornamentales o en algunas zonas, formando parte de pequeños jardines medicinales. Desde 1995, la especie Echinacea purpurea se cultiva en parcelas demostrativas en la ciudad de Córdoba, con el fin de estudiar sus comportamientos iniciales en esa localidad. Debido a su importante demanda a nivel Internacional, se la cultiva comercialmente en Europa (especialmente en Alemania), Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelandia y China.

Usos

Durante siglos fue un medicamento muy importante para los nativos americanos, quienes hacían uso de ella para tratamientos de fiebres comunes e infecciones menores, así como para fiebre tifoidea, meningitis, malaria, difteria, etc.

En una publicación de Materia Médica Americana (1983), Elimgwood destacó que esta especie destruye los gérmenes directamente de las infecciones y refuerza las defensas corporales por un aumento del contenido de glóbulos blancos, regulando además la temperatura corporal.

En trabajos más recientes, Bonadeos investigó los mecanismos por los cuales la Echinacea puede actuar previniendo las infecciones en el cuerpo humano. Una de las defensas primarias del cuerpo es el sistema hyaluronidasa (conocido como Sistema-H). El ácido Hialurónico (HA) es una sustancia que aparece en los tejidos intercelulares cementando las células entre sí. El autor sugiere que la Echinacea actuaría como barrera en contra de la infección. Se determinó además que hay una enzima que ataca el HA, haciéndole perder viscosidad. Si esto sucede, las bacterias patogénicas tales como estafilococos y estreptococos ingresan en el tejido y atacan las células del mismo.

El mismo autor sugiere que la Echinacea impide la acción de la enzima. Su acción radica en que actúa efectivamente clausurando una de las vías principales de la invasión bacteriana.

Más tarde, Buesing, explica un posible mecanismo de acción: la Echinacea y HA se combinarían entre sí para formar un complejo resistente a la acción enzimática, facilitando además la regeneración de las fibras del tejido conectivo.

Keller, en uno de sus trabajos, demuestra la actividad anti-inflamatoria de esta especie debido a la semejanza con la cortisona, lo que permite pensar en la posible acción anti-inflamatoria de esta especie.

El componente activo de la Echinacea es la echinacina, exhibiendo una actividad de protección celular contra virus relacionados con enfermedades tales como la gripe, el herpes y ulceraciones pequeñas, según los trabajos de Wacker y Wagner.

Estudios de especialistas alemanes han sostenido todo lo dicho hasta ahora y además sostienen otras propiedades inmuno estimulantes, especialmente en la actividad de T- celular, siendo esta célula un mediador importantísimo en el sistema inmunológico del cuerpo humano.



BIBLIOGRAFÍA

Bonadeo, Bottazzi G. (1971) "Echinacina B: polisaccaride attivo dell'Echinacea" . Riv Ital. EPPOS, 53, 281-295.

Buesing, K. (1955) "Hyaluronidase inhibition of some natural substances used in therapy". Arzneimittel-Forschung, 5 (6) 320-322.

Dimitrí, M. (1988) " Enciclopedia Argentina de Agricultun Jardinería" T1 V. II: 1042 ED. ACME.

Ellingwood, F. (1983) American Materia Medica, Therapeutics and Pharmacognosy. Eclectic Medical Publications, Portland, Oreg.

Foster, S. (1991) " Echinacea: Nature's Inmune Enhancer. Rochester, Vermont: Healing Arts Press.

Mowrey, D. (1986)" The scientific validation of Herbal Medicine". KEATS Publishing. 117-119; 250.

Wackner, A. (1978) "Virus inhibition by Echinacea purpurea". Planta Médica, 33, 89-102.

Wagner, H. (1981) "An inmunostimulating active principle from Echinacea purpurea". A. Angew. Phytother. 2 (5), 166-178.



   
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